De entre los diferentes aspectos que una empresa debe evaluar, en miras a maximizar su eficiencia, tenemos el rendimiento laboral de los propios empleados, trabajadores o miembros colaboradores.
En este sentido, y tras realizar una evaluación, podemos encontrarnos con individuos que presentan un medio, alto o bajo rendimiento laboral. Es, precisamente, este último el que puede generar consecuencias muy negativas dentro de una organización y, por ello, se ha de actuar para aumentarlo en la medida de lo posible.
Pero, ¿qué es o cómo medir el rendimiento laboral para poder trabajar sobre ello? En este artículo, precisamente, te invitamos a dar respuesta a estos interrogantes.
Rendimiento laboral: ¿Qué es y cuál es su importancia?
Según la definición de Motowidlo (2003), podemos entender que el rendimiento laboral es el resultado, producto o, en sus propias palabras, ‘valor total’ que se espera obtener en un determinado periodo de tiempo por parte de un empleado o trabajador.
En definitiva, el rendimiento de un empleado no es más que su contribución en la eficiencia de una empresa u organización. Por tanto, medir el rendimiento laboral es fundamental con el objetivo de detectar altos o bajos niveles del mismo.
Los 3 factores que influyen en el rendimiento laboral
El hecho de tener un bajo rendimiento laboral, puede venir causado por muchos factores, desde personales como circunstancias propias de la inseguridad o el miedo, hasta ambientales como el estrés generado por grandes cargas de trabajo o la mala relación con otros compañeros.
En cualquier caso, hay 3 factores sobre los que se debe hacer especial hincapié de cara a lograr altos niveles de rendimiento basados, fundamentalmente, en la mejora de la autoestima y motivación del individuo.
➽ Implicarse y dar sentido a su trabajo
Para ello, un empleado ha de tener oportunidades de prosperar y escalar en sus funciones, encontrándose en cada etapa a gusto con lo que hace. Ni tareas demasiado monótonas, ni trabajar bajo presión continua o con responsabilidades que no le competen para su puesto.
➽ Tener un buen clima laboral
Por supuesto, el propio ambiente entre compañeros es un factor responsable de que un trabajador se sienta más o menos predispuesto a rendir en sus tareas. En este sentido, un ambiente competitivo o con falta de comunicación van en contra de conseguir un alto rendimiento laboral.
➽ Conciliar la vida personal y profesional
Como decíamos, los factores personales también han de ser tenidos en cuenta a la hora de medir el rendimiento laboral. El hecho de poder conciliar y, por ejemplo, contar con días de teletrabajo desde casa, puede ser la fórmula para obtener unos mayores niveles de productividad.
¿Cómo medir el rendimiento laboral? La evaluación 360
Para medir el rendimiento, es importante saber qué medir y cómo. Por ello, a continuación hablaremos sobre una de las formas más objetivas y efectivas de realizar una evaluación de rendimiento laboral; la evaluación 360.
Esta metodología, es especialmente efectiva a la hora de detectar cuándo se está teniendo un rendimiento más bajo de lo esperado (y las consecuencias que ello supone para una empresa).
En este sentido, se realizará una investigación más allá de la propia autoevaluación, pues también se implican trabajadores y compañeros por debajo y al mismo nivel, supervisores y personal a un nivel superior, así como clientes con trato directo con el/los individuo/s a evaluar.
Pero definamos a estos grupos implicados en evaluar y medir el rendimiento laboral de un empleado:
- La autoevaluación: En este caso es el propio empleado quien evalúa su propio trabajo, así como el aporte de éste para la empresa. Si bien es una de las vías necesarias para medir el rendimiento laboral, una evaluación 360 contempla más allá.
- La evaluación por los iguales o hacia abajo: Para poder evaluar el desempeño o contribución real de un trabajador dentro de una empresa, debemos contar también con la perspectiva de compañeros de su mismo rango, nivel o equipo, así como de otros trabajadores de niveles inferiores.
- La evaluación por el responsable o superiores: Como no podía ser menos, la visión de managers y supervisores es clave para poder medir el rendimiento laboral de una persona a nivel individual y, también, dentro de su equipo.
- La evaluación por el cliente: Pero un trabajador no sólo tiene relación con compañeros y responsables superiores, sino que también suele trabajar con agentes externos a la empresa, como clientes que pueden aportar una visión diferente de su rendimiento como profesional.
Cómo ves, realizar una evaluación y medir el rendimiento laboral ofrece ventajas muy positivas a las empresas. Todas ellas estrechamente relacionadas con la mejora productividad de los trabajadores, así como con la relación de éstos con el resto de miembros (tanto de niveles inferiores y superiores, como agentes externos).
Tal y como hemos comentado en este artículo, aspectos como la conciliación o el buen ambiente laboral, son factores que inciden directamente en el desempeño de las tareas de cualquier empleado. ¡No debemos olvidar que, además de trabajadores, somos seres emocionales!